Una bodega familiar de 1918 se convierte en Museo del Vino de la Denominación de Origen Cariñena. Dotar de un argumento para explicar unas tierras milenarias siendo la propia arquitectura su soporte. Reforzar esa sección transversal repetida para no distorsionar y utilizar sus huellas, reinterpretándolas, para obtener los lugares de exposición.
El tiempo transcurrido, desde su intervención, ha permitido obtener una visión positiva, alejada de su tiempo.