La dualidad urbano-paisaje y su situación de límite es la referencia para todo el proyecto. La situación urbana disgregada y extrema del casco y su contacto con el medio natural confiere una magnifica situación para su desarrollo. Atender las dos situaciones, adecuarlas al programa y tener en cuenta la orientación Norte-Sur serán las pautas a seguir.
Se proyecta un techo continuo, de hormigón, sin límite, que se va extendiendo, orientando y conectando las estancias con el paisaje. La conexión con el exterior es un filtro de luz y protección formado por tablones de madera orientables que permite visualizar los espacios exteriores. Visiones frontales, tangenciales, rasantes, etc... que permitan la entrada de sol en invierno, aprovechando la energía solar y que la oculten en los días cálidos del verano. El control solar definirá espacialmente los espacios interiores. La extensión hacia el fondo, de forma progresiva, irá perdiendo densidad por medio de sucesivos patios, pensados como lugares exteriores-interiores propios, llegando su extensión hasta su conexión con el paisaje. Los recorridos generados, esenciales para entender el proyecto, deben ser comprendidos como espacios de estar, de ver, de observar, de relación, de separación de identificación, etc...
Sin embargo, ese techo continuo tratado como exterior, tiene incrustadas cuatro piezas de mayor tamaño. Piezas relacionadas entre si y formalizadas con referencias al medio rural. Volúmenes básicos a dos aguas, perfectamente identificables, respondiendo su forma al interior. Piezas de hormigón, forradas de policarbonato, cada una de un color que sirvan de referencia tanto de día como de noche, emitiendo luz propia. Los recorridos interiores quedarán perfectamente identificados con estas piezas, quedando además reforzados por el color utilizado puntualmente para cada uso y señalado de forma continua en las instalaciones vistas.
CENTRO INTEGRAL DE SERVICIOS SOCIALES - MORA DE RUBIELOS